REFLEXIONES SOBRE LAS
SUPUESTAS ENTIDADES CULTURALES QUE ESCONDEN MÉTODOS DAÑINOS PARA LA SALUD
PSICOLÓGICA E INCLUSO FÍSICA DE LAS PERSONAS
La tesis sobre la que se basará este texto
gira en torno a la siguiente idea: una entidad creada y mantenida por personas
con probables desequilibrios mentales (no me refiero a los defectos humanos “estándar”)
puede desequilibrar en cierta medida a toda aquella persona que se vincula a
ella, y esa medida queda establecida en buena parte por el grado de implicación
de la persona a considerar. Las
características psicológicas relacionadas con la fortaleza y criterio
propio de la persona afectada jugarán a su favor, mientras que las
inseguridades, debilidades y miedos, lo harán en su contra a la hora de
enfrentarse a la ideología de estas entidades tóxicas. Sin embrago, una vez
aceptadas las normas del juego, unas y otras girarán en torno al ideario del, o
de los líderes; ideas estas ajenas a la persona, e incluso en bastantes
ocasiones posicionadas en las antípodas del pensamiento de esa persona, y que
sin embargo se convertirán en el motor fundamental y en el eje de su futura
existencia. Y uno se pregunta el lógico ¿por qué lo hice? cuando deja de estar
atraído por los cantos de sirena que le tuvieron absorto y distraído al menos en
buena medida.
¿Has dejado que tu trayectoria personal se
haya detenido, o has desviado su rumbo para ponerte al servicio de los
intereses de otro desarrollando facetas de ti mismo que tenías ocultas? ¿Han
sido esas facetas, esas capacidades y habilidades, correctamente utilizadas? ¿Has
contribuido al sometimiento de otras personas? ¿Has crecido como persona
gracias al método de enseñanza utilizado contigo, o has crecido como persona en
el mismo instante en que te diste cuenta de a dónde te estaba llevando todo
aquello? ¿Has perdido tu identidad, o la has dejado adormecida en un rincón de
tu psique? ¿Te has convertido en la
persona que soñabas o terminaste convirtiéndote en la persona que otro quiso
que fueras? ¿Cómo es posible que dedicando tanto tiempo y esfuerzo al
desarrollo personal te encuentres tan perdido cuando no existe el soporte de
las enseñanzas recibidas? ¿Dónde está la tan ansiada libertad de pensamiento
que te dijeron que lograrías si practicabas los preceptos aprendidos? ¿Hasta
qué punto han quedado dañadas tus estructuras cerebrales? ¿Tiene remedio lo que
te ha sucedido? ¿Puede el discurso de una entidad tóxica dejar al descubierto
sus carencias y darnos paso a la demostración de su peligro?
Quizá estas y otras preguntas por el
estilo puedan rondar la mente de algunas de las personas que hayan pasado por
estas experiencias. Puede que durante un tiempo te quite el sueño y te cree
zozobra interna, pero en una parte considerable de los casos al final la vida se
abre paso a través de ti y poco a poco lo vas encontrando la forma de superarlo;
aunque creo que sin un análisis pormenorizado a la altura del raciocinio y las
capacidades de cada uno, la paz y el sosiego de saberse a salvo de este tipo concreto
de servidumbres no van a llegar de una forma contundente. Pienso que hay que
dar los pasos que hagan falta para que cada cual no tenga ni el menor atisbo de
duda de que ha hecho lo que creía correcto para saldar su deuda con el pasado.
Curiosamente uno de los argumentos más
recurrentes esgrimidos por este tipo de grupos es el de decir que la entidad no
tiene la culpa de los desequilibrios previos de la persona denunciante, y de
que es muy probable que esos desequilibrios sean los causantes de su malestar. Se
suele decir que si hubiera aprovechado el excelente programa de estudios y las oportunidades
de servicio humanitario, claramente habría mejorado como persona. En
definitiva, que gran parte de la culpa es tuya, mientras una parte mucho menor
podría estar causada por los defectos de tus exlíderes. Así que lo
incuestionable es que el movimiento en el que serviste está formado por humanos
imperfectos pero inspirado por mandato divino, lo cual lo convierte en perfecto
por definición; o sea que al servir a las ideas tú estás en el camino de la
perfección, mientras que al servir al personalismo te sumerges en el egoísmo
colectivo y en el adormecimiento personal, cosa que horroriza a los líderes y
razón por la cual te reprenden y corrigen constantemente cada cual con su estilo,
pero con el mismo ideario por bandera.
Lo que en mi opinión constituye un delito
imputable es el someter a un colectivo a la clara desinformación acerca de la verdadera
historia del movimiento en el que militan con tanto fervor; y más aún, el
determinar el acceso paulatino a esta intrahistoria totalmente maquillada a
través de un sistema de honores conseguidos, demostrando cada vez mayor
sumisión y propagación eficaz y exitosa de las ideas del grupo y aplicación práctica
de los valores inculcados. El ser ejemplo de lo que se predica es garantía de
proyección en el tiempo, y la fuerza del ejemplo es una de las más potentes que
existen. Pero para que alguien llegue a servir con tal dedicación altruista a
un proyecto claramente inviable, hay que prometerle grandes beneficios a través
de este sistema de persuasión coercitiva.
Por lo tanto es consustancial a un movimiento
humano de estas características el tergiversar desde sus inicios deliberadamente
su propia historia con la finalidad de reclutar entre sus filas a las personas
más crédulas, ingenuas y bienintencionadas posibles, y también captar a un nº
limitado de personas con la suficiente falta de escrúpulos como para dominar a
esas masas. Esto en mi opinión le hace afrontar con garantías la difícil prueba
de la pérdida de los fundadores y del paso del tiempo, y constituye una prueba
de que las generaciones posteriores aprendieron de sus fundadores las mismas tácticas
y técnicas que auparon a estos al éxito en su empeño por crear un lugar que
colmara sus expectativas personales.
Cuando se cuentan varias versiones acerca
del mismo hecho dependiendo de a quién tengas delante, estás ante un grupo que
no busca la verdad ni el libre pensamiento, lo único que busca es el
sometimiento a unos ideales que es posible que ni los más elevados jerarcas
conozcan en su totalidad. La compartimentación y tergiversación de la
información es uno de los principios fundamentales en los que se sustenta la
manipulación. Por lo tanto la gravedad de desconocer verdaderamente la vida y
obras del fundador o fundadores de un movimiento está ahí, ya que conociéndolo
sin censuras se puede ver claramente lo que se pretende plasmar y así es como
una persona libremente decide contribuir a una causa.
¿Cómo es posible que personas que pueden
encontrarse en las antípodas de una forma de pensar, terminen por convertirse
en acérrimas defensoras de un movimiento en el que en condiciones normales no fijarían
su atención? Por supuesto que esto se
puede conseguir con la aplicación sistemática y estudiada de los conocidos
métodos de persuasión coercitiva; se puede decir más alto pero no más claro.
Dichos métodos consiguen socavar la resistencia psicológica de las personas que
atraviesan periodos de crisis personal, o que siendo jóvenes no han madurado lo
suficiente como para formarse un criterio propio del mundo y sus habitantes (este
es el colectivo más vulnerable y por lo tanto el que merece más atención preventiva).
No olvidemos que buena parte de los integrantes veteranos fueron captados en su
juventud más temprana, momento en el cual es mucho más fácil realizar el
proceso de adoctrinamiento. Esto sí
que supone un grave delito contra la integridad psicológica de las personas que
bien documentado incluso podría llevar al procesamiento de los principales
líderes y la apertura de un proceso de debate ante la sociedad alejado del
amarillismo con el que suelen ser tratados estos temas por parte de algunos
medios de comunicación. Pienso que nos encontramos ante un problema de salud
pública; se trata de prevenir la propagación de ciertas toxinas mentales a través de la prevención de la población. Esto
es mucho más eficaz que enzarzarse en estériles debates con los líderes de
estos grupos.
Así pues, un movimiento fundado en base al
engaño, se va a dedicar a hacer eso durante toda su trayectoria. Entonces las
personas son tan solo moneda de cambio, peones en un tablero de ajedrez ajeno;
han sido engañadas para hacer realidad el sueño de un perturbado.
No obstante desde hace más de dos décadas,
ciertas asociaciones han sido catalogadas como tóxicas e incluso destructivas para
la personalidad humana, o lo que es lo mismo, para el normal desarrollo de las
personas. Este hecho, a pesar de ser tan grave, no permite a los estados democráticos
prohibir un movimiento humano por el simple hecho de que prohibir implica una
posición ideológica excluyente que aleja a un estado del lógico principio de la
libertad de creencia y pensamiento. Hasta hoy se las puede señalar tímidamente
como sospechosas de utilizar estas técnicas dado el modesto nº de denuncias que
suelen registrar. Y no olvidemos tampoco que determinadas brigadas policiales
siempre los tienen vigilados porque saben de su peligrosidad real.
Recientemente un psiquiatra forense nos
recordaba que un sujeto al que se le diagnostique una enfermedad mental, es un
sujeto no imputable en un proceso judicial. Digo esto porque con demasiada
frecuencia catalogamos a estos individuos como enfermos mentales y eso es
inexacto e injusto para sus víctimas. Continuaba diciendo este psiquiatra que
las personas con desequilibrios e incluso con trastornos de la personalidad
diagnosticados, son sujetos penalmente imputables. Decía también que no hay que
desdeñar en absoluto la maldad y el egoísmo crónicos, sin tinte alguno de
moralidad subyacente, como importantes pilares sobre los que se apoyan estas
conductas.
Por ello, los estados de derecho no lo
tienen nada fácil con este asunto, debido principalmente a su naturaleza
garantista sobre los derechos fundamentales de la persona, entre los que se
encuentra el de la libertad de pensamiento y asociación (mientras no se pueda
probar actividad delictiva); se puede condenar a las personas, pero a los
movimientos es mucho más difícil y generalmente trae amargos debates que los
políticos no quieren afrontar. Así pues, hay que saber muy bien lo que es
constitutivo de delito, como por ejemplo la coacción de cualquier tipo, el
empleo de técnicas coercitivas, etc; pero paradógicamente es posible que no se
considere delito la mentira institucional sobre los fundadores y sus
trayectorias personales, razón esta que constituye una de las columnas
vertebrales de estos movimientos. Pero como en la mayoría de los casos no hay
pruebas concluyentes, lógicamente no hay delito imputable alguno. Eso no quiere
decir que de vez en cuando no se pueda pillar con las ´manos en la masa´ a
algún dirigente o miembro imprudente, y se le castigue con la ley en la mano.
En mi opinión sigue quedando mucho por
hacer, y debemos ser mucho más objetivos, serios y profundos, si queremos desenmascarar
verdaderamente a estas ´fábricas de productos tóxicos mentales´. Aún así creo
que durante las últimas tres décadas diferentes colectivos de ideologías varias
se han preocupado por señalar a estos grupos cosa que los ha hecho visibles y esto
ha servido para frenar, contundentemente en algunos casos, su crecimiento.
Si nos centramos en el “elaborado”
discurso que presentan a las masas, nos daremos cuenta de que todo lo que
podemos leer está preparado para conquistar desde la “razón-emoción” a toda
aquella persona que presente un cuadro personal como el descrito en párrafos
anteriores. Sin embargo la tan cacareada profundidad e infalibilidad de esos argumentos
no resiste la intensidad de un buen proceso de duda y razonamiento guiado por
la prudencia y el sentido común, por parte de una persona no condicionada.
Hay algunos textos serios que hablan en
detalle de elementos como la persuasión, la pseudociencia, la anulación del
criterio propio, la figura del líder todopoderoso, etc. Así que si deseas
profundizar en estos aspectos trata de buscar textos serios que argumenten más
que descalifiquen, que te inviten a la reflexión, y no que te den razones
prefabricadas, monolíticas y “universales” que te impidan pensar por ti mismo.