Una vez más delante de un
´papel en blanco´. Una vez más queriendo transmitir algo. Una vez más delante
del abismo que me separa…
Hablemos
claro, no sé qué decir porque no tengo nada que decir, más bien quiero contar
algo; dar una especie de mensaje es tarea de otros.
Despojarse
de lo que uno ha sido es relativamente fácil, lo dificilísimo es descubrir lo
que uno es en realidad. Los comportamientos adquiridos son la ´coraza´ con la
que se recubre nuestro cerebro. La supervivencia es su especialidad, él vela
por la conservación de la comunidad que somos y él nos ha inventado a nosotros.
La parte
consciente de nuestro cerebro es tan pequeña que tan solo muestra una pequeña
parte de lo que somos. Lo verdaderamente ´sabroso´ está en el llamado
inconsciente, lugar donde está almacenado gran parte del conocimiento que
determina el yo.
¿Significa eso que no somos nada más que un biorrobot dotado
de ciertas capacidades intelectuales? Yo no sería tan radical ni tan simplista.
Desde que nacemos las estructuras de nuestro cerebro se desarrollan, comienzan
las primeras asociaciones de datos, comienza el camino del aprendizaje. Y está
en el aprendizaje una buena parte de la clave de lo que terminamos siendo
nosotros. Aprendemos desde el seno materno hasta un instante antes de morir,
aprendemos, aprendemos, aprendemos… O al
menos tenemos esa capacidad innata por pertenecer a la especie humana, ¿pero la
utilizamos toda la vida? La respuesta que hoy observo, es que no. No porque en
la cadena de aprendizaje se establece un sistema acumulativo que nos induce a
pensar que con la suma de años y experiencias, cada vez vivir, o más bien
sobrevivir, requiere de menos esfuerzo y atención, y por lo tanto el
aprendizaje pasa a un plano secundario, hasta llega un momento en que el esfuerzo
para aprender algo nuevo puede llegar a hacerse insoportable.
¿Qué es
aprender? ¿Adquirir nuevos conocimientos para desarrollar nuevas habilidades?
Observo que es más importante aprender en sí, que lo que se está aprendiendo por
importante que sea para nosotros, eso nos mantiene en la senda de la pasión por
descubrir. El aprender es el motor de la
vida. Mientras no dejemos de aprender
estaremos vivos.
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